El tiempo que nos toca vivir es infinitamente mejor al que vivieron mis padres: muerte, destrucción, miseria, hambre...; pero nosotros vivimos en una sociedad que no se preocupa por los demás, impersonal, distante y cada vez con más gente conectada(=enganchada) a los que ver una entrada en frienface de otros que no han conocido en su vida les reconforta.
Antes había más empatía hacia ese desconocido necesitado, ahora en estos tiempos de crisis es un "sálvese quien pueda". Quitando milagrosas excepciones :)
Yo me siento un gran afortunado, no hace mucho me dijeron que tenía la suerte de haber sido receptor de una sabiduría que muchos no tienen y que inexorablemente como el tiempo... se perderá. Y es algo que me está preocupando sobremanera... me he puesto como meta mantenerla viva e intentar transmitirla lo mejor que pueda en el futuro porque es un tesoro, siempre que conozcas su valor.
Esto se resume en la foto que adjunto, son dos melocotones, del tamaño de albaricoques. No son bonitos, son pequeños, tan siquiera sé si serán dulces. Pero son míos, de un árbol que es mío y de una tierra que me pertenece.
Quizá suene melodramático pero tengo la certeza de que por muy malos tiempos que puedan venir, yo tengo un sitio en la tierra donde morir. Al que pertenezco.
Nunca podré agradecer a mis padres el valioso legado que me dieron y del cual sigo preguntándome si algún día seré capaz de merecerlo.
P.D: ¡y son dulces! :)
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