Odio los GPS.
Estoy seguro que con la tecnología actual (que avanza una barbaridad) han empezado a cobrar consciencia de si mismos y están urdiendo un complot para hacerse con el mundo.
Si no que se lo digan al pobre señor que cayó en un embalse la semana pasada o los de un pueblecito de inglaterra a los que un "error" sistemático invita a la gente a despeñarse por un puente.
Por eso nunca (NUNCA) hay que llevarles la contraria, y mucho menos en una rotonda.
Así me lo agradecía el mío por las calles de Valencia:
Después de varias rotondas en las que una señora muy simpática me decía que tomase una salida y con la rayita azul llevándole la contraria, al final un servidor obviando la discusión entre ellas (quién era yo para ponerme en medio) y eligiendo el libre albedrío... pasó lo que tenía que pasar.
El GPS empezó de forma sistemática a intentar que pasase a mejor vida.
Empezó llevándome por calles de sentido contrario y viendo que mi pericia evitó lo inevitable por los pelos unas cuantas veces, decidió llevarme por una carretera solitaria, de noche, en un intento desesperado por llevarme a un descampado y violarme.
Menos mal que llegamos a tiempo a una rotonda en la que le di la razón a la flechita azuly pudimos seguir el viaje sin más contratiempos...pero estoy seguro que la señorita con voz amable sigue muy muy cabreada y estos cacharros son muy rencorosos...
2 comentarios:
Ja ja ja! Me han comentado que en Valencia es bastante frecuente que el GPS se vuelva loco... Algo raro debe pasar allí, una especie de Triángulo de las Bermudas o algo así.
Lo de Valencia es por el tema de la ruta del bacalao!!! Que aun queda demasiada fiesta en el ambiente y los aparatos se pierden!
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